Recientemente el ayuntamiento de Santander ha convocado a diferentes grupos de susuarios para tratar de modificar el texto de su Ordenanza Municipal de Tráfico que prohíbe el estacionamiento de autocaravanas en todo el término municipal.
Este hecho que pudiera ser motivo de regocijo y complicidad en la comunidad de usuarios de autocaravanas ha servido, como en otras ocasiones, para dar pié a la controversia y el disparate por iniciativa de algunos pocos compañeros de afición cuya única aportación, refugiados tras un ordenador en los foros, consiste en denostar contra todo lo que sea intervenir o dejar de intervenir desde los clubes autocaravanistas.
No solamente se limitan a lanzar denuestos contra los dirigentes de los clubes, sino que se dedican a difundir falsedades. En relación a esta reunión se han dicho algunas:
La primera de ellas es que todo estaba ya solucionado y los temas acordados a falta solo de la firma. Nada más equivocado. En primer lugar los asistentes por parte del ayuntamiento no tenían nada claro de quién es quién y suponían que un destacado autocaravanista local era el Presidente de una de las agrupaciones asistentes y que todos eran miembros de la misma Entidad.
De que no tenían nada claro es prueba el borrador de trabajo que enviaron en que se precisaban los siguientes puntos:
Retirar la prohibición de estacionar autocaravanas en todo el término municipal.
Autorizar el estacionamiento en los lugares que no esté expresamente prohibido.
Prohibir la acampada en autocaravanas en la vía pública.
Valorar la posibilidad de regular las áreas de estacionamiento de autocaravanas en la OOMM.